TRABAJO COOPERATIVO
El coworking (en español cotrabajo, trabajo
cooperativo o trabajo en cooperación) es una forma de trabajo que permite a
profesionales independientes, emprendedores, y pymes de diferentes sectores,
compartir un mismo espacio de trabajo, tanto físico como virtual, para
desarrollar sus proyectos profesionales de manera independiente, a la vez que
fomentan proyectos conjuntos. El neologismo «cotrabajo» es la traducción al
español del término coworking, pero el uso directo del anglicismo es casi más
aceptado que el propio término «cotrabajo».
El coworking permite compartir oficina y
equipamientos, y constituye una propuesta más elaborada que los de los
denominados «cibercafés», entornos en los que también se cuenta con conexión a
Internet.
El trabajo cooperativo fomenta las relaciones
estables entre profesionales de diferentes sectores que pueden desembocar en
relaciones cliente-proveedor. En todo caso es frecuente que se genere un
sentimiento de pertenencia a una comunidad, más allá de las vinculaciones
efectivas, entre los trabajadores que frecuentan los espacios de coworking.2
Los centros de trabajo cooperativo destinados
principalmente a profesionales de Internet, diseñadores, programadores,
arquitectos, fotógrafos, escritores, periodistas, etc., proporcionan,
generalmente, un escritorio individual, acceso a internet y otros servicios.
Con decenas de espacios ubicados en países como
Estados Unidos, Reino Unido, Francia, España, Alemania, Australia, Argentina,
México, entre otros, este tipo de lugares es utilizado por nómadas digitales,
profesionales que viajan por todo el mundo y llevan consigo sólo ordenadores
portátiles en apoyo de su labor cotidiana. Sin embargo, el carácter flexible y
práctico de este tipo de espacios, permite a muchos profesionales establecer un
lugar permanente de trabajo, sin ataduras asociadas a contratos por servicios y
suministros, dónde la permanencia mínima puede cambiarse con facilidad.
Ligado a este concepto de permanencia dentro de un
espacio coworking, es importante hacer resaltar el factor geográfico, el cual
juega un papel muy importante aunque no definitivo para la elección del espacio
más apropiado. El ahorro de tiempo en transporte y el coste asociado, son
beneficios que el coworking acerca a los usuarios de la zona en la que se
encuentra localizado el propio espacio.
Las incubadoras de empresas y los centros de
negocios no parecen encajar en el modelo coworking, ya que a menudo no fomentan
la vida social, en colaboración, ni las prácticas de gestión cercanas a las de
una cooperativa, incluida una atención especial en la comunidad.
El trabajo cooperativo ofrece una solución para el
problema de aislamiento que supone para muchos trabajadores independientes, o
incluso microempresas, la experiencia del trabajo en casa.
Al día de hoy, y después de un boom, los espacios
de coworking se están especializando, por ej. enfocados a mujeres, enfocados a
la creatividad, etc.
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